No será fácil encontrar un deportista con una carrera tan longeva, en cualquier disciplina deportiva de competición nacional, como la que sigue labrando Rafa con el Extremadura Cáceres Patrimonio de la Humanidad.
Y es que, desde que golpease por primera vez un balón de voleibol, allá por los años 70, se creó un vínculo que perdura casi medio siglo después.
Devenir del voleibol cacereño
Durante todo este tiempo Rafa ha sido testigo y protagonista del devenir del voleibol cacereño. Desde que se enfundase la camiseta, del entonces Colegio Licenciados Reunidos, más tarde en el AD Cáceres voleibol, en los que jugó en todas sus categorías, desde alevín a la División de Oro nacional, donde debutó en la temporada 85-86, en un partido de Valencia, hasta el día de hoy en el Extremadura Cáceres Patrimonio de la Humanidad participando en la Superliga2, ha ido sumando victorias, derrotas, experiencias y sobre todo y lo más importante para él, compañeros y amigos por dónde quiera que ha jugado.
Esta dilatada carrera le permite seguir compartiendo la cancha de juego con su hijo mayor Alejandro. En los mentideros del voleibol cacereño, se bromea con que Rafa está esperando a colgar definitivamente las zapatillas, el día que pueda alinearse en un partido junto a su hijo pequeño Hugo, ahora juega en categoría infantil, quién sabe.
Desde el club cacereño todo son halagos para Rafa, que es santo y seña de la entidad. Ha sido jugador, también fue vicepresidente, tesorero, entrenador de categorías inferiores… “Para nosotros es fundamental poder contar con su participación temporada tras temporada. Somos muy conscientes del esfuerzo que supone para él poder seguir compitiendo en una categoría tan exigente como la Superliga2 y por ello, le estaremos eternamente agradecido”.
Su calidad técnica es solamente superada por su calidad humana. Siempre con una sonrisa, sin escatimar esfuerzos, es un ejemplo para todos los jóvenes jugadores de compromiso y de cómo hay que disfrutar practicando el voleibol. “Solamente tenemos palabras de agradecimiento y cariño para Rafa. Sabe que este es su club y esta será siempre su casa. “
Y la presunta es, ¿hasta cuándo?
“Mientras el cuerpo aguante, siga disfrutando de todo lo que me da el voleibol y sea consciente de que puedo seguir aportando mi granito de arena al equipo, me seguiré poniendo las zapatillas” asevera Rafa.
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