Transcurridos tres días desde el pitido final del último partido del Extremadura Arroyo esta campaña en Superliga Femenina 2, la entrenadora del equipo extremeño, la brasileña Flavia Lima, reconoce que una mezcla de sensaciones envuelven su valoración final, «pero una cosa está clara, no fue nuestra mejor temporada, pero espero que nos haya servido de aprendizaje».
Lima advierte que si se mira solo la clasificación (séptimo puesto) «o si nos fijamos solo en los resultados, no se valoraría el esfuerzo y dedicación diaria de cada pieza del equipo, y eso acarrearía una gran injusticia para el equipo».
La entrenadora sí se muestra taxativa cuando asegura que «cuando nos sentamos en mayo de 2021 para configurar el futuro equipo, teníamos un dibujo totalmente diferente de la plantilla que ha terminado, y es que hemos debido de hacer frente a problemas, lesiones y retrasos en incorporaciones desde antes de comenzar la campaña».
No obstante, en su opinión,
«el equipo fue semana a semana reponiéndose a cada adversidad, trabajando como un bloque compacto y homogéneo para salvar los obstáculos que se nos presentaban, hasta el último partido de la primera vuelta, cuando perdimos en La Coruña y no logramos la clasificación para la Copa Princesa».
«Esa derrota -prosigue- cambió la perspectiva del todo el equipo, porque más que una frustración por no lograr un objetivo, nos mermó mucho como equipo, como seguridad en nuestro propio juego y en nuestras propias posibilidades».
A juicio de Flavia Lima, la escuadra arroyana se recuperó «bien» en las vacaciones navideñas, «y regresamos al trabajo con un ritmo bueno, pero justo una semana antes de comenzar la segunda vuelta, dos casos de covid, y una vez más toca reinventarse y buscar jugadoras que jueguen en puestos que no son los suyos».
Lima también incide en las importante lesiones de María Carrero y Yesica Paz,
«y todo este cúmulo de adversidades propicia que el equipo no encuentre el grado de concentración exhibido en la primera vuelta, por ejemplo ante Aguere o Badajoz, sin obviar que por trabajo o estudios, solo disponía de la totalidad de la plantilla los viernes».
«Después de toda esta cantidad de imponderables solo puedo estar agradecida por tener la oportunidad de seguir aprendiendo, por la determinación, esfuerzo e implicación de cada integrante del equipo, y aunque no fue nuestra mejor temporada, espero que haya servido de aprendizaje para todos», concluye la entrenadora.
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